Etiqueta de las reglas de conversación

«Aprender a hablar» se busca en Google cuatro veces más que «aprender a escuchar». Partiré de esta importante noción para proponer las reglas para un comportamiento conveniente y digno a tener al iniciar una conversación, ya que en la base de cualquier diálogo que se precie hay un buen equilibrio entre escuchar y hablar. Es decir, es fundamental dar la misma importancia a estas dos acciones y dedicarse a ambas de forma activa y puntual.

En las relaciones con los demás, aunque muchas veces lo olvidemos por los correos y mensajes de chat, es fundamental saber cómo iniciar una conversación, pero lamentablemente ya no se le da demasiada importancia, ya que continuamente terminamos olvidándonos de interesarnos por los demás.

Y así, con una excusa u otra siempre terminamos evitando asiduamente las conversaciones casuales, sin darnos cuenta de que las redes sociales no son suficientes para conocer de verdad a los demás, que nuestra curiosidad es cada vez más brutalmente dejada de lado y que cada vez evitamos una diálogo que le quitamos a nuestro ser momentos de enriquecimiento y formación.

Aquí están las reglas de conversación

  • Es importante saber dialogar con todos, incluso con aquellos a los que no nos «gustamos» porque cuanto más diferentes somos, más podemos sorprendernos y aprender algo, recuerde que la curiosidad debe estar en la base de todo diálogo, interesarse por los demás y su diversidad.

  • Recuerde que cuando estás en el mismo lugar es porque tienes algo en común, puede partir de ahí para empezar a hablar.

  • Es fundamental estar «presente», es decir, mientras estás conversando no debes dedicarte a nada más.

  • Érase una vez, los temas más apropiados para iniciar conversaciones casuales eran el tiempo y la salud; ahora, debido a problemas climáticos y puntos de vista conflictivos sobre vacunas y atención médica, estos temas podrían ser peligrosos.

  • Los temas más sencillos son sin duda la cocina, los libros y la ropa, obviamente para empezar, y también en función del contexto del encuentro. Definitivamente hablar de trabajo, estudio y aficiones te llevará a una conversación más interesante y concreta.

  • Si en el grupo hay personas sin niños, evite que los niños sean el único tema de conversación y recuerde que no todos tienen las ganas y la paciencia de escuchar lo especial que es su hijo.

  • No se detenga en historias personales, historias de amor o enfermedades, a menos que su interlocutor se lo pida.

  • Durante el diálogo es necesario recordar hacerse un poco a un lado para poder abrir los ojos y también comprender el punto de vista de los demás.

  • Es fundamental evitar los interrogatorios permaneciendo activo, haciendo preguntas abiertas que sigan el flujo de la conversación, escuchando las respuestas (sin interrumpir y sin pensar en lo que te gustaría preguntar a continuación), tratando de encontrar el ritmo adecuado para preguntar de manera casual y equilibrado lo que más nos interesa.

  • Es apreciable al hablar tratar de evitar detalles innecesarios y repetirse, tratando así de ser claro, esencial, directo y breve.

  • También debe evitar pecar de egocéntrico poniéndose al mismo nivel y comparándose con el otro, con experiencias similares: similares no son lo mismo.

  • Boca cerrada mente abierta, si hablas continuamente no está aprendiendo nada.

  • No entable una conversación con alguien que obviamente está ocupado haciendo otra cosa.

  • No continúe una conversación si el otro no parece interesado, abandónelo suavemente evitando ser abrupto.

  • También es importante saber guardar silencio, sobre todo evitar hablar de lo que no sabes.

  • No gesticule en exceso, además de distraer la atención, se mostrará inseguro.

  • Cuando hable, no levante la voz, trate de no interrumpir nunca a alguien que esté hablando y en su lugar trate de esperar su turno, devolviendo la palabra lo antes posible en caso de interrupción.

  • No se deje llevar por el aburrimiento, no bostece, intente interactuar para mantenerse activo.

  • Mantenga su voz firme y clara, moderando su tono y teniendo cuidado de no molestar, especialmente si está en un hospital o clínica.

  • Evite hablar mal de las personas ausentes y exagerar los chismes.

  • No excluya de la conversación a ninguno de los presentes, o al menos a los interesados ​​en participar, mire a todos los interlocutores por turno y preste atención a quien decida intervenir.

  • Cuide a los que se quedan al margen no por su propia elección, trate de acercarse y hablar con aquellos que le parecezcan «excluidos».

  • Siempre tenga en cuenta que no hay habilidad más importante que participar en una conversación valiosa.

Durante su vida conocerá a unas ochenta mil personas, de usted depende elegir si pasar desapercibido o no. Poder conversar de forma variada y fácil le convertirá en una persona muy apreciada y le hará destacar entre todos aquellos a los que les importan poco los demás.

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