Es época de comuniones, cumpleaños y fin de curso y los niños son los protagonistas en estos tres actos. Es normal que familiares, amigos y conocidos obsequien a los pequeños de la casa con un regalo.
Es bueno enseñarles desde muy pequeñitos, que cada uno de los regalos que recibe tiene un valor muy importante. Ya que cada regalo que recibirá supone un esfuerzo de tiempo y económico por parte de la persona que se lo regala. Además todas las personas que regalan lo hacen con afecto y cariño, Por este motivo es importante que los niños siempre lo reciban con una gran sonrisa en la boca y con un gracias, indistintamente si le gusto el regalo más o menos.
Las gracias, según la edad del niño, se pueden dar de muchas formas. Cuando el niño es muy pequeñito, no sabe hablar, pero si observar, es bien que los padres den las gracias por el regalo recibido en nombre del niño y que más tarde se lo expliquen al mismo la fortuna de recibir un regalo y por ello dar siempre las gracias.
Cuando el niño ya habla y comprende es bueno que sea el mismo quien de las gracias y un beso al recibir el regalo. Si el regalo que recibe es de una tercera persona no presente en ese momento, es bueno que el niño llame a esa persona y le agradezca el detalle.
Los padres, también a través de su ejemplo, reforzarán la acción del hijo, con un gracias. De esta forma el niño observa a sus padres y comprende que ha hecho lo correcto.
Para hacerles comprender a los niños más pequeños el valor de los regalos, es bien, a parte de dar las gracias, que preparen un «regalo» como un dibujo hecho por ellos mismos y así obsequiar a la persona que le ha regalado.
La palabra gracias es una de las mejores que podemos enseñar a nuestros hijos, tanto para el presente como para el futuro, porque tal y como dice el refrán «De bien nacidos es ser agradecidos».