Es una de las reglas fundamentales en cualquier cultura. El respeto a las personas mayores.
Los japoneses siguen estando considerados como la cultura que guarda una mayor veneración y respeto por sus ancianos.Para ellos son un pilar fundamental del desarrollo familiar y social.
En nuestra cultura, quizás por el ritmo en el qeu avanzan las tecnologías, por las exigencias sociales al núcleo familiar o simplemente por la falta de tiempo, es cada vez menos frecuente que los jóvenes guarden y mantengan respeto por los ancianos.
Es de buena educación y respeto que en una familia se enseñe a los más pequeños estos valores que son fundamentales para que el niño crezca con valores sólidos. Tenemos que enseñarle la importancia de la figura mayor, ya no solo la del abuelo, sino la de cualquier otra persona. Tendrá que saber que debido a su edad, experiencia se le tratará con respeto y se le hablará con la máxima educación.
Tenemos que enseñar a los niños que los adultos y las personas mayores tienen la última palabra, y ante esta se debe acatar, no se pueden poner malas caras o hacer gestos despectivos de disconformidad. Deben mantener respeto cuando las personas mayores les cuenten una historia, les hagan un halago o simplemente les saluden.
Si vemos que nuestro peque hace una critica despectiva a estas personas como, este viejo no sabe que dice, está chocheando, etc… Les tendremos que llamar la atención y corregirles en el momento que lo hagan. Se trata no solo de una grande falta de respeto, sino también de una gran insensibilidad.
Siempre deben darles las gracias, bien si el anciano le ha regalado un juguete, una chuchería o les ha dado una indicación. Al igual que hay que enseñarles cuando piden algo decir por favor.
Otro elemento importante es enseñarles a aceptar las cabezonerías o manías de los abuelos o personas mayores. Es fundamental que el niño entienda que han forjado un carácter determinado por muchos años y han vivido en otros tiempos, Por ello debe respectar estas pequeñas manías de edad.
Los niños deben conocer el valor y la importancia de ayudar a los mayores. Les deben ceder el sitio en los transportes públicos, preferencia de entrada y salida en un ascensor o de un lugar. Ayudarles con las bolsas de la compra o simplemente darles una mano a cruzar la calle.
Los más pequeños no deben ignorar a los mayores cuando los tenemos de invitados en casa. Deben hacer acto de presencia y prestarles atención hasta que los adultos no les indiquen que pueden salir a jugar.
Los mayores son un pilar fundamental de nuestra sociedad y familia y les debemos el máximo respeto.