En cada momento de la celebración un tipo de alcohol será el protagonista. Durante los aperitivos serán protagonistas las bebidas amargas, mientras que en la comida el vino será el invitado de honor de las bebidas. Al finalizar la celebración nada mejor que hacerlo con una botella de champagne y como cierre los licores serán lo que llenen nuestros vasitos.

Pero en cada tipo de alcohol que usemos debemos seguir una serie de normas de etiqueta.

Los aperitivos

Las bebidas más adecuadas para servir como aperitivo son las amargas, el vermut, la cereza o el whisky.

A los invitados que no consuman alcohol se les ofrecerá zumo de tomate sazonado con sal, pimienta y limón, o zumo de naranja.

Los aperitivos se sirven antes de las comidas, acompañados de cubitos de hielo y agua mineral o seltzer.

Los vinos

Los vinos comunes son tavasano en botella y en jarras de mesa, los finos se dejan en las botellas originales.

La botella se lleva a la mesa ya descorchada, con una servilleta blanca envuelta alrededor del cuello.

No se toma la botella por el cuello, sino por el cuerpo, tratando de que no caigan gotas de vino sobre el mantel.

Antes de servir el vino a los invitados, el anfitrión puede realizar la cata tradicional. Sirve un poco en su vaso y lo prueba para comprobar que no hay fragmentos de corcho. Después de eso, los invitados pueden ser atendidos.

Una simple regla de cortesía: primero se atenderá a la señora sentada a la derecha del anfitrión, luego a la de la izquierda y así sucesivamente.
En un almuerzo informal, cada invitado se encargará de verter el vino en la copa del vecino.

No se debe servir vino antes de servir el primer plato.

Los vino en el restaurante

Quienes invitan tienen la tarea de elegir el vino, después de preguntar al resto de comensales si tienen preferencias particulares en cuanto a calidad.

El camarero dejará que el comensal que lo ha pedido pruebe el vino y, cuando haya tenido una opinión favorable, lo servirá.

El Champagne

En lugar de vino dulce, a veces se puede ofrecer champán.

Se sirve frío, en copas especiales o en vasos altos y estrechos (flûte).

En ocasiones especiales (almuerzos o cenas especiales), se puede cenar con champán.

La cerveza

Puede sustituir al vino en desayunos sencillos y de verano o con determinados platos típicos de origen alemán como las salchichas y el würstel con chucrut.

Se suele servirse fría, normalmente en vasos grandes, posiblemente con asas.

Los licores

Siempre se ofrecen después del café, nunca antes.

Después de un almuerzo, el coñac y los licores digestivos son más adecuados.

Después de una cena, coñac, whisky, licores dulces.

¿Cómo se bebe correctamente?

Se bebe en pequeños sorbos, sin volver la cabeza hacia atrás, sin chasquear la lengua, sin oler el contenido del vaso.

El vaso se toma con la mano derecha (salvo que sea zurdo) sin agarrarlo y sin levantar el dedo meñique, lo que siempre es signo de mal gusto.

En la mesa, se seca la boca antes de beber y después de beber, tratando de no imprimir la huella del lápiz labial en la servilleta o en el vaso.

No se tapa la copa con la mano si no quiere más vino; un pequeño asentimiento o un “no, gracias” es suficiente.

Cuando se levanta de la mesa, no lleve su copa llena, aunque el vino sea excelente.

El vaso no se eleva hacia quien nos está sirviendo una bebida, sino que se deja en su lugar.

Si por accidente se derrama un poco de vino sobre el mantel, pedimos disculpas brevemente, sin intentar remediarlo con remedios que serían peores que la enfermedad.

En un brindis, no se chocan las copas de los comensales, entre tintineos, vítores y abrazos. Basta con levantar la copa en un gesto simbólico y no se dice chinchin.

Siempre hay que beber con moderación, piense que la noche o el día es largo.