El respeto por la precedencia, indispensable en ceremonias estatales o judiciales, también es importante en la vida cotidiana.
Entrar y Salir
Entrar y salir por una puerta, tienda, metro: los que están dentro salen primero, luego los demás entran.
Con estas excepciones: si llueve mucho, si entra una dama (y quien tiene que salir es un hombre); si es una persona mayor (y el otro es joven); si quien tiene que entrar tiene un bebé en brazos o un impedimento grave. En estos casos entrarán primero.
Entrar en un bar, en un restaurante: en la pareja, primero entra el hombre, mantiene la puerta abierta y deja entrar a la mujer. Si un camarero abre la puerta, la mujer entra primero seguida por el hombre.
Entrando por una puerta giratoria: el hombre mantiene la puerta quieta, deja entrar a la dama y la sigue a la habitación contigua.
Al salir de un bar, de un restaurante: la señora sale primero (el hombre o un camarero habrá abierto la puerta), seguida de su acompañante.
En el hogar
Para dejar pasar a un invitado por una puerta, si está cerrada, se sigue el mismo principio que en el restaurante: el anfitrión entra primero. De esta forma, si la habitación a la que ingresas está vacía o, peor aún, si ya hay otros invitados, evitas unos segundos de vergüenza.
Si el camarero abre la puerta, cederá el paso al invitado.
Si visita una casa con varias habitaciones y escaleras, o si tiene que dirigirse a alguien que no conoce la casa, el camarero o el propietario (también la anfitriona) sube y pasa primero: es evidente que su conocimiento del ambiente es más útil para el anfitrión de la ceremonia que dejarlo pasar.
Delante de una puerta, si dos personas tienen que pasar, se da prioridad a la dama, la invitada mayor, la invitada más importante. El estribillo de «pase usted primero» ¡debe evitarse!.
Cuando se sienta en la sala de estar, el mejor asiento se lo dejará al invitado. En el sofá, a la derecha del anfitrión o quien invite.
En la calle
La dama siempre se dejará en el lado protegido, es decir, hacia la pared, y el hombre caminará por el lado exterior de la acera.
Sin embargo, cuando sea posible, la dama se mantendrá a la derecha de su acompañante, excepto si acompaña a una persona mayor o una persona menor.
El minueto de pasar de izquierda a derecha de la dama (a realizar detrás de la dama, nunca delante) para dejarle el mejor lado, debe realizarse con naturalidad, sin prisas.
Con dos hombres, la dama caminará en el medio.
Caminar por una acera angosta, encontrarse con alguien que viene del lado opuesto, dejar el camino al que está afuera.
Si llueve, el hombre abre el paraguas y repara a la señora: en este caso no es recomendable cambiar de lado en cada cambio de acera.
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