Seamos honestos al ver espaguetis en el menú de un almuerzo o, en general, de un evento informal es una fuente de cierta agitación.
Recuerde que la etiqueta es, en primer lugar, la bienvenida y el bienestar de nuestros vecinos, de los demás, la escucha y la amabilidad: si podemos evitaremos servir espaguetis.
Según el periodista Vittorio Sabadin, incluso la reina Isabel se siente intimidada por los espaguetis hasta el punto de evitarlos porque no quiere ensuciarse y no parecer muy elegante mientras busca de forma torpe enrollar los espaguetis con un tenedor.
Los espaguetis y las pastas largas se comen exclusivamente con un tenedor.
No se cortan con un cuchillo, ni usas la cuchara para ayudarse.
El tenedor se debe mantener un poco inclinado horizontalmente y se deben enrollar algunos spagetti a la vez, en el sentido de las agujas del reloj, para obtener una mordida moderada y sin hilos colgantes.
Los espaguetis no se tienen que cortar para que sean más cómodos de comer.
La técnica de ingerirlos a lo loco haciendo girar el tenedor sobre la montaña de pasta a ver cuántos se enredan es, además de incómodo y sucio, un completo error.
Si seguimos estos consejos será mucho más fácil comer los spaghetti.
Primero: separe un montoncito de espaguetis. Ayudándose con el tenedor selecciona unos pocos de 2 a 3 hilos y apártelos de la montaña.
Segundo: Después de unos cuantos giros de muñeca para recoger los espaguetis. Cuando el tenedor aúne justo la cantidad que le quepa en un bocado sin tener que forzar las mandíbulas, eleve el tenedor y disfrute de la primera ración.
Tercero: Ayúdede de los labios para conseguir cerrar la boca tras introducir el tenedor. Exacto, como si pusiese boquita de pez o fuese a dar un beso.